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2/11/2019

Constitución. Rafael Espinosa.

















1. Estar en pie. Erigir. Ley fundamental de un Estado: definición del régimen de derechos y libertades, delimitación de los poderes e instituciones. Fundar. Levantar. Espinosa realiza una edición frenética de realidades. Cada verso (y el tiempo que tardas en leer) es una secuencia que se mezcla a otra secuencia. El poema es un agitado recipiente de imágenes y conceptos. Cada una de estas realidades posee una nitidez sorprendente. Alta definición temporal. Jumpcuts auditivos que vacían y rebalsan los significados. Siempre vocalicé mal mi nombre. Labor de ingeniería. Guía de desconcierto. Mapa de ciudades subterráneas. Caleidoscopio cerebral. Libro de maravillas. Bitácora de errores de cálculo. Geografía y aritmética de las demoliciones. Puente de acertijos. Tabla de mareas. Euforia. Radiografía de la histeria. La narración de un paranoico: la austral descripción de su delirio. Me estoy convirtiendo en dios. Me estoy convirtiendo en mujer. La lengua de un buey que pasa por los pezones. 






Espacio.
Tiempo.
Fulgores y oportunidad.
Y no puedo aceptar que la mejor definición de hombre
sea la de un desierto al que se le regalan las piernas.







2. Ocultar el deseo, la violencia, el placer en los caracteres de una contraseña que tu red social considera confiable. Dios fue más palpable en el reino de los protozoarios. La constancia de la existencia de los seres es el herpes y las tumbas del pensamiento. Escritura: burocracia de los ermitaños: arcano mayor, teeth, equilibrio: constitución. La pureza del lujo. La paternidad: existe la fecundación a través del grito.




Mientras degusto mis guarniciones recuerdo
a mi hijo. Veo témpanos recorriendo París.
No quiero vivir, quiero imaginar.





3. Daniel Paul Schreber. Dios es cada uno de nuestros nervios. Cada uno de nuestros poros es una vagina o un falo. Agujeros. Fábricas de suicidio. Herbolario de asociaciones. El minuto en que la percepción del espacio se destruye: no existe el piso, la cantidad de materia que eres capaz de percibir. Espinosa es un poeta realista. 



Yo no podía anticipar en esa época
que llegaría el instante en que las visiones
suplantarían a mi cuerpo o
que apetecer sería un subproducto de la renuncia.
Todo acabó por supuesto con una vuelta
silenciosa, entre orines.
Algunos se besarían en taxis,
no lo sé. La gente guarda secretos.
Con quién danzo esta noche.
Pero así acontecieron las cosas.




4. Ascetismo. La imposibilidad de la expresión. La radical extrarrealidad del significado. Saliva y sexo. ¿Espinosa llena sus versos de insultos o del carácter elegíaco? Tome su turno para destruir: la retórica, el manto del Papa y el jardín del hombre recién jubilado. La resurrección es la silla de ruedas de los santos. Onanismo, la escritura. ¿Y la lectura?  El odio que se puede sentir por el ser humano tiende al número posible de números primos.


A qué vida inteligente le importaría la verdad.
No será a un espíritu salvaje
reducido a la coherencia
por ser gentil con las cosas buenas.




5. 


Comienzan los monzones en la India
e inundarán mi garganta
con el mensaje de que hemos sobrevivido.
Con las cuerdas vocales intactas. Me
da ganas de gritar y sollozar.
Quiero celebrar que aprendí los cuatro
estilos de natación. Quiero la más compasiva plenitud.
En un rato me masturbaré pensando en ti.
¿Y cuál eres tú? He sabido tu nombre
siempre y siempre cambiaba de cuerpo.
He venerado un único cuerpo con distintos nombres.
¿Cuántos senos eres tú?




Catálogo de desprecios. Colección de heridas hechas por agujas. Recuerda que en los sóviets el acero inoxidable se descubrió por azar gracias a un obrero que se autoerotizaba con las películas de Stalin. Sí me odio tanto como a las masas de los vivos y los no vivos. Canetti reloaded. 




Yo tiendo a la imperfección
y el perdón tiende hacia mí.
Qué hermoso juego
es estar desposeído.
Es como el póker, ameno de engaños.
Y comprendí.
No soy nada si no pierdo.




6. Folleto con los pasos -fáciles- para lograr la elevación, la sublevación (algunos que escriben en cuarenta años de oficio nunca usaron esta palabra), la asunción y la ascensión. Incluye ilustraciones y por 25 dólares más el acceso a los videos que explican cómo lograr la santidad antes de los 50. Escritura = transcribir y plagiar. La voracidad no puede ser entrenada. 





Imaginen a los pescadores.
Ninguno sabe nadar
y se aventuran;
muy de mañana.
Ven tinieblas
y extraen pescado,
¿no es lindo? Copian
el modo con que una emoción se revela.
Y lo encuentras convenientemente frío
en el supermercado y entonces
preparan corvina y los amigos
reunidos compran.





Reunión de cadáveres previamente acicalados. Ten cuidado con la maquinaria pesada puede desenterrar los cuerpos que has sembrado en el país durante décadas. República = fosa común = inventario de desaparecidos. El lector en este punto: balbuceo asombrado. El deslumbramiento: una conjunción de ayahuasca, divorcios, sensores, perros antinarcóticos. Desniveles. Texturas. Espinosa construye tramas atmosféricas.  Escritura: contenedor lisérgico: éxito moderado en los 40 principales de los años ochenta. Cuentas funerarias. Amalgama de ecos. Los retratos filosóficos de la palabra zen y su reverso. ¿Absurdo solo tú eres puro? Una chica le pide al tatuador se aplique a dibujar en su húmero el nombre -a pesar de su mala vocalización- de las mujeres que lograron la iluminación en las islas del Atlántico desde el año 1772. 






7. Cambios de frecuencia. Paisajes que se desfasan. Enciclopedia Espinosa de las Multiplicidades, de los Multiversos. 616.



Perlas sobre la almohada y talco en el sueño y 
residuos que emiten 
monóxido y decolorantes en lugar de recuerdos. ¿Qué 
es esto? No me digas que se trata 
de una vida y es mi obra neoclásica. 
No soportaría tanta pesadumbre. 
El oculista me dijo sí y la honra consiste en ver.




Receta de personalidades y mutaciones. Médicos salen de la habitación se dirigen al pasillo donde masticarán escamas.



Me confunden los salmos de los antidepresivos.




8. Sampleos. Los litigantes de los derechos de autor: una reja con candados y declaraciones de zoofilia. Túneles que varían su longitud: ¿crisis de lo que fue el significado y a lo que se aferran los nacidos en el siglo xx a. C.? 




¿Es tu primera vez en la vida?
Vas a sorprenderte. El ducto de aire
que escondemos. La laringe que atraviesa
todas las ciudades y todas las llanuras. Exhalas
y colocas un pescador en la torrentera.
Vuelves a hacerlo y tus tejidos alcanzan la delicadeza
de un juramento en privado. Estás
intercomunicado, el asombro es cambiante
y las mentes que lees son resbaladizas.
Así es y sigue sampleando. Todo tiene
que ver con caridad y asimismo lamento
que conduce a la claridad. Así se cuida
un seto y una salpicadura de agua
deja una cicatriz en el rostro. Mira
lo que con un poco de temple, y pasión
por las inmersiones, brinda
una mesa en soledad.
¿Es tu primera muerte?





Rutas: copiar y escurrir. Ritmo de inteligencia. Adolescencia: buitres. Loop de estructuras. 






Incluido, excluido, obstruido, impedido:
con esos participios sobra para dar cuenta
de una experiencia del mundo
en la que se suceden los barrancos solo
para ser negados como un arquetipo subtropical.
Y uno puede irse, hacer sus días.





Baladas, canciones de cuna para arrullar la ansiedad, la sensación de hundirse. Cada decisión un sendero de estiércol. 







No estoy incluido. ¿En una palabra
yo, que fui el rock star del tacto,
debo conformarme con eventos de atmósfera,
investigar con alegría la inmanencia
como gente que le basta soñar con estalactitas?

Parece que sí y forma una canción:
Serás un vidente y tu visión el fracaso.
La vida es un ejercicio de adivinación.
La verdad está perdida entre las rimas
y el individuo caído en sus ojeras.
Adiós.







9. Realismo y pureza. Escritura= eufemismo de la depresión. Síntomas. Indolencia. la belleza y el ruido. El mejor músico del siglo xx tenía un tumor en la garganta. Inexpertos de los límites. Cruzar las líneas de un lenguaje: la parte delgada de la comunicación: hablar con un idioma privado de señas. Teorías de la programación.




Pero mentira, nadie aprende a colgarse de una ciruela.
Leo sobre gente que escupió al expirar.

Y mañana un robot habrá de nacer.






10. Dísticos: enumeraciones: escarbo en la pared y abro el tokonoma: adivinanzas. Infinitos más grandes que otros infinitos. Distancias de túneles y laringes. Aire acondicionado. Alimento acondicionado. Tu orina tiene un costo mayor al salario mínimo.



Si los ponis del carrusel están muertos

diseñará un tocado de novia.




11. Escritura: los ruidos, gestos, onomatopeyas con los que divertimos a los animales. Sumergirse en esos gemidos. Radiografías de los labios, los dientes, el paladar, la lengua, la tráquea, la laringe, los pulmones, los nervios, las neuronas cuando pronunciamos: "cuac". Mediciones, promedios, índices, sistemas para predecir la aparición del inicio de la escritura o de la frustración. 




Las raíces de un algarrobo,
oí, miden diez veces su copa.
Saco mi celular para anotarlo.
A nadie le interesa.
Se sistematizan los yerros
y se producen las ansias.
Alguien de pronto recogió a un gato.

Fue tan simple como no pisar las flores.





12. A todo esto ¿dónde se encuentra Rafael Espinosa? Su ego en bolsas de plástico. En el hedor del código genético latinoamericano. Insomnio: horticultura. El mapa de nuestros países: las líneas que trazan los migrantes al desplazarse. 




Hay un vaquero desexualizado
por los dioses, hay plazas
con olor a gas pimienta
y gente que huye en círculos

trazando de este modo un país.





Comentarios. Escritura: construir una piscina donde nadarán especies extintas. Escritura: Las ganas / de gustar, en las tabernas de mutantes.








Rafael Espinosa.
Constitución.
Librería Inestable.











9/02/2014

También podemos inventarle al paisaje forma de vaca.
















Día Nacional

Solo conectarse por medio de un vello en el escroto
a una máquina de sueños para ganar todas las partidas
de bridge en un crucero resulta más idiota
que reconocerse peruano. Prefiero entretenerme
observando a las hormigas ejercer su identidad
local en sus palacios de troncos donde el tiempo es una rama
de bonsái e intuir que las ballenas pierden su ser
patrio apenas retoman su ruta ártica. A veces,
como soy miraflorino, me ocurre ver el mar del distrito e imaginarlo
inconmesurable, como si estuviera en ácido; pero 
ni en marcha reversa lo llevo a bañar los glaciares andinos
ni lo cuelgo en los enormes árboles de la selva,
hiriéndolos con una angustia horizontal. La 
más redonda de sus togas no aglomera
todas las nevadas de altura, menos contiene los augurios
de la red de chirridos amazónicos. Sería
confundir la parte con el todo. Y ciertamente
el Perú es un todo, con muchedumbre de pisos
ecológicos que soportan el dolor de un número
todavía mayor de brazos y piernas. Rember es uno,
yo otro, el heladero que convoca a los niños todavía
otro más y a los tres un viento segregacionista nos podría insultar:
"sal del césped!, "blacón", "cusqueño que turba la siesta
de Lima con su bocina para vender helados". Decirnos
que solo muertos, en fichas, somos los tres todos el todo peruano.




Ellos, los de los acuíferos

Por qué conservar un agujero con agua si se trata del elemento más popular,
y longitudinal como es, prolonga
nuestro sueño más aburrido hasta el más incierto risco,
donde ya puede pertenecerle a otro.
Por qué rodearlo de totoras y vacas
si el sol, tan parsimonioso y apacible,
se mueve con mayor velocidad que ambas,
tallas contemplativas.
Nosotros lo hacemos de otro modo, y con letras.
por qué no hacerlo como nosotros, si
también podemos firmar por ellos
y sonamos más fuerte que aparatos
y mientras aceleramos extendemos una bahía notarial.
Somos placenteros. Somos 
explícitos. Teniendo
placeres que riegan
los cuatro puntos cardinales con aspersores,
no hay lugar de nosotros que no pueda
tocarse ni verdor que no cubramos
con nuestra dulzura dinámica
y nuestros inventos. También
podemos inventarle al paisaje forma de vaca.
Por qué preguntarse para qué.




Los operarios

Él me dijo: quisiera ser un alien. Yo le dije:
quisiera ser un hombre. Urdamos 
un plan secreto, un tendido
eléctrico. Ahora
está visto que el koala, trepado en la copa
del eucalipto, santo asexuado en el aire,
no encuentra razones de felicidad
para estar en tierra; desde
la altura ve que la mayor generosidad de los mejores
de nosotros es no arrojar basura a la calle.
Nuestros trabajo de electricistas
se producirá así bajo la superficie. Mientras duermen o fuman yerba,
y la voluntad es todavía acordes circulatorios, les
será adherido el cátodo
de la reconciliación. Nadie
habrá de ser excluido. Ninguno
quedará sin descubrir la línea
ecuatorial que transporta su soledad a la comunidad de los átomos.
Tal vez, después que terminemos,
todo esté por empezar.
Un orificio de ballena en el cráneo
para que reine el chorro de  una facultad descubierta.






Ahora que es política de Estado amar a los perros
















Las nubes permanecerán limpias

No para las futuras generaciones
sino alrededor de mi cuerpo
he construido, sin ser vidriero,
un cubículo transparente.
Mis cadenas asociativas,
que las tengo, dibujan 
adentro una deidad de dolor.
Lento blablablá inaudible
tallado en hueso que me hace
compañía y después llama
a la manada de humanos.
Pueden venir los reporteros,
pueden venir los artistas visuales,
sus egos en bolsas plásticas,
con la doble ganga de que una imagen
de devastación sea a un tiempo
una escultura efímera.
Yo estoy adentro, vuelto un plano,
es decir afuera de lo que yo mismo
pueda representarme, como
si llevara un pendiente 
sin oreja. Tengo una estrofa,
tengo un peine; lo que no veo,
pegado al vidrio, es un peinado
que además sea un hombre,
posea una canción.




Estampas costumbristas

Con un reloj a prueba de agua como todo
arsenal de defensa,  no puedo
hacer frente a tan desmesurada obra. El sol
habla en lenguas muertas, los jóvenes tocando
el amor en sus iPads también forman aureolas calcinantes, el fósil
ha existido, ha brillado: y mi sensación
es la de estar dentro de un hongo de fuego
que asimismo es una tabla de multiplicar. Y casi
he olvidado mi misión
sin desconocer que se relaciona de algún modo
con usar el fervor como acupuntura. Fascinado
por cómo se parece la vida prometida
a un infortunio, descuido insistir. Cada
gesto busca realizar su película biográfica
con tal que lo que finaliza en depravación empiece
con la escena de  un embarcadero. Y estoy
recordando: mi tarea se asemejaba
a la de un carguero, estar en apuro siempre,
colmado de materiales distintos. Rumbo
al mismo menú vegetariano, mi fracaso vence mis hombros
con la delicadeza de un don inoportuno. Me 
consuelo imaginándome a la deriva
aguas adentro donde el vacío no se discierne
de la fecundidad y la tersura y la intriga prosiguen,
para ampollarnos los brazos de nuevo.




La manufactura de una pieza de carey

Con el romance de nuestras obsesiones
podríamos construir una historia
de los cibernautas, y poco más. Y aun
así pediríamos dividendos. Por mucho
menos los delfines obsequian una
función de saltos, antes de que bajo
la psicosis de lo diáfano el mar cese
de ser creíble. Como ellos, yo vengo de rama
en rama, debiéndolo todo al deseo de 
performar en grupo. ¿Me darás a cambio un cuerpo,
que sea al mismo tiempo un cuerpo social?

Dejo un consejo entre las cajas. Ahora
que es política de Estado amar a los perros,
por qué no se abrazan al busto de una liebre
y lloran y lloran lo posible que no fue. Así
es, así fue. Nuestra performance nunca
fue, y llora una guirnalda de árboles.