1/21/2016

Febrero 72 Febrero 73













Placita de Santa Marta


Placita de Santa Marta
donde no fornica nadie,
por las paredes blancas
y los cuatro naranjos.

¿Qué hago en Sevilla,
qué hago
que no corro por el cielo?
¿Cuánto tiempo más 
buscando hoteles?
Y el que quiero
no aparece.

Sólo una vez tuve uno
como nave del Señor.
Pileta azul y silencio.
Siesta, calor y silencio.

Placita de Santa Marta
donde no fornica nadie,
¿qué hago en Sevilla,
qué hago
que no corro por el cielo?





Pampa de Achala


Hay que tirar muy fuerte
para abrir la ventana
del baño, pero el aire
que afeita como hielo
es Dios de nuevo.

Le digo adiós a un hombre
que miraba el invierno
y tenía una nieta
y un hotel,
allá arriba,
que era como mi casa.
Le digo adiós a un hombre
que se llamó Juan Reymond.

Les digo adiós a un hombre
y a una mujer muy jóvenes
y a un balcón de madera
naufragando en el viento,
sobre nubes y sábanas
y caballos pequeños.

Las nubes, como lunas
húmedas, van pasando,
y es como leche de mujer
la pampa
con el caballo al paso.
Ya no veo.



Héctor Viel Temperley

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