8/10/2016

Cosmopolita. Donna Stonecipher.
































Incrustación2 (Elaine Scarry)




Ella había subido todas las escaleras del placer y se sintió chocada cuando, al llegar hasta arriba, no encontró nada.  Por lo tanto el placer tiene un techo invisible: o, dicho de otro modo, la idea de un placer mayor puede tener lugar en la mente, pero el hecho real de un mayor placer no puede ocurrir en el cuerpo. La muchacha que yacía al lado de su cama no podía dejar de meter la mano en la bolsa de los dulces con forma de corazón.










Incrustración 3 (Jonathan Raban)



En la cena que estaban celebrando, había un par de cartas de Rilke enmarcadas al interior de uno de los libreros. En la primera, según nuestra anfitriona, él se estaba palabreando a su amante para que se encontraran en Viena. La segunda, escrita una semana más tarde, era una apresurada disculpa; lo sentía mucho, pero lo de Viena no iba a funcionar. Quedamos impresionados con la belleza de las mayúsculas, justo cuando sirvieron el postre.






Incrustación 4 (Susan Sontag)




Si has estado en el aeropuerto de una ciudad, ¿puedes decir que conociste esa ciudad? Las cosas tendían a pasar más como un domingo que como un martes  o un sábado. Era como estar en una película muda, donde habláramos entre nosotros arrasados por la emoción, aunque ninguna palabra saliera de nuestras bocas.







Si los aeropuertos contaran, ella podría doblar fácilmente su lista de ciudades conquistadas. ¿Y si las estaciones de trenes también? Sus ojos se encendieron. Ella no era ahora, ni tampoco sería nunca, la muchacha en el puerto. (Una embarcación abarrotada de marineros borrachos era simplemente una invitación para que ella derramara el jugo de frambuesa sobre los pantalones blancos de alguien).



Incrustación 6 (Mary B. Campbell)




En esa extravagante tarde de Sábado, el xenófilo se encontró con el xenófobo delante de las jirafas, tal como lo habían planeado. Pero cuando se besaron, uno se disolvió y el otro comenzó a acumular. Ni por todo el té de China ni por todo el oro de Rusia habría de alterar un país pequeño sus libros de historia para acomodarlos a los delirios de un país más grande.





El guía con anteojos le dijo al grupo de estudiantes visitando Chartres que los vitrales no eran solamente lindos, sino que de hecho eran mensajes para los analfabetos. Años después, uno de los estudiantes recordaría este episodio, mientras estaba leyendo en un escritorio delante de una ventana, reflexionando: ¿hay alguna belleza que no haya nacido de la posición del misionero?





De pie frente a las tres madonas de Rafael en el museo, el hombre escribió en su cuaderno: Lee el manifiesto prerrafaelista. Si es que escribieron uno. Mientras tanto, en la sala de al lado, una mujer estaba mirando a Santa Catarina y pensando: prefiero lo simbólico a lo alegórico. Prefiero lo iconográfico a lo realista.






¿Tiene cada una de las ciudades pequeñas un castillo en desuso? ¿cada castillo en desuso de las ciudades pequeñas tiene aquí un parque?, ¿cada parque de los castillos en desuso de las ciudades pequeñas tiene un laberinto? ¿tiene cada laberinto de los parques de los castillos en desuso de las ciudades pequeñas de por aquí un problema con un jardín formal donde las violetas blancas florecen en la forma de una fleur-de-lys?
                        “Toda pintura es, de alguna forma, una naturaleza muerta”






Donna Stonecipher.
Cosmopolita.
Liliputienses.
Traducción: Cristián Gómez Olivares.






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