8/09/2016

Cosmopolita. Donna Stonecipher. (IV)

























Incrustación 19 (Jane Jacobs)





Dos hermanas provenientes de un pueblito perdido en América confesaron tener una atracción por lo exótico. Mientras para una lo exótico era la India, para la otra lo exótico era Japón. ¿Por qué? Siempre está formándose una historia para adornar la realidad. La última paloma pasajera abrió su larga y delgada cola, voló alto, alto hacia las brillantes nubes blancas de la extinción.







La infancia es miniatura. La memoria es miniatura. La estrellas son, después de todo, miniatura. El verano no era miniatura, nunca es miniatura, el verano entre las torres, entre las carreteras parecidas a un trébol. El primer día de Agosto fue seguido por la primera noche de Agosto. Tú me alimentaste con pastelitos rosados y yo soñé con destrucción.






Incrustración 20 (Franz Kafka)




Gracias al ataque relámpago del perfume de una mujer en la calle me sentí repentinamente iluminado. Me separé de raíz del estanque y sus lecciones sobre la superficie y la profundidad: 1) que la superficie puede tener profundidad. 2) que esa profundidad quiere ser devorada por la superficie. Caminé sobre violetas.







En China las madres les compran a sus niños grillos enjaulados, pero si el canto de los grillos termina irritándoles los nervios, entonces ese pequeño hombre sagrado es destruido. Nadie puede decir con seguridad cuánto dura la euforia al llegar al otro lado, o cuánto se demoran en estirar nuevamente sus extremidades una vez que salen de los maleteros.







¿Serías capaz de meterte en una maleta para atravesar una muralla? y otras preguntas de mera vanidad estaban de guardia en el salón de belleza. Un monstruo pasó por mi lado en el parque.
                                  “¿Qué es lo que podría haberme tentado de este desolado país?










“Vi un rayo de crueldad en la belleza de sus ojos azules y ahí fue cuando supe que podría amarlo”, dijo ella. ¿Cavarías un túnel en secreto, por la noche, durante tres años? Un altar hecho de sal. Una capilla, una catedral, un Vaticano hecho de sal.






Incrustación 22 (Elfriede Jelinek, vía Lenin)





“Soy anarquista”, dijo el poeta. “Un consentido”, dijo su novia. Una fila de gente enmascarada iba desfilando. Cuando en ese momento las luces se atenuaron, el único y verdadero anarquista fue sorprendido entre la multitud: una niñita con un sándwich de helado derritiéndose en su bolso.



La gente linda quería ir sólo a esos lugares donde se encontraría con gente linda, en cafés y restaurantes y bares, y echaba con nerviosismo el humo de sus cigarrillos cuando la cantidad de gente fea que poblaba las mesas alcanzaba números críticos.






Te gusta que te manden. Que te muestren la toma de la electricidad y brillar desde ahí como una lámpara en la noche. Que te pongan al tanto, amarrar y que te amarren, que te sometan. Que te controlen a la fuerza y con alcohol. Que te vacíen, te dejen sin habla, que vean a través de ti.
                    “La confianza está bien, pero el control es mejor”







Te gusta ir de una pieza a otra ahogándote con las dalias. Te gusta estar en la multitud y derrumbarte y derrumbarte hasta borrarte y deshacerte. Te gusta estar abajo, encima, a flote. Pero te emociona escuchar tu nombre saliendo de la boca de un extraño.







¿Era bueno o era malo cuando se dijo que el extranjero era “más francés que los franceses”? Ella la de enormes sombreros y humildes orígenes era “más burguesa que los burgueses”. Y esa persona cosmopolita era más cosmopolita que el mismo cosmos.








Donna Stonecipher.
Cosmopolita.
Liliputienses.
Traducción: Cristián Gómez Olivares.







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