7/02/2013

Papeles salvajes














A mi lado, brotó un ser, del sexo femenino, de cuatro o cinco años, el rostro redondo, oscuro, de pelo corto. Habló en un idioma que nunca había oído; pero que entendí. Me preguntó si yo existía de verdad, si tenía hijas.
Otras, idénticas, surgieron por muchos lados; de entre los ramos, se desplegó, ante mí, todo un paisaje de nenas.
Miré hacia el cielo, no había una estrella, no había nada.
Recordé antiguas fórmulas, cambiando las sílabas; nada tuvo efecto.
No sé qué tiempo pasó, cómo pude saltar de las violetas.
Me alejé, desesperadamente, entré, cerré las puertas.
Pero, ya, había comenzado a zozobrar la casa.
Y aún hoy, se balancea como un buque.







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