9/14/2012

las puertas del paraíso (2)











no hay hombre que desde los primeros hasta los últimos pasos sea y pueda ser únicamente malvado, ocurre que el hombre cuando todas las esperanzas y todas las ilusiones lo abandonan, mata al hombre en sí mismo, en el lapso de un segundo uno puede quitarse voluntariamente la vida y continuar viviendo, pero para matar en sí mismo la necesidad de amor y la necesidad de esperanza son necesarios largos y duros años, cuando alguien se está ahogando se aferra incluso al aire o a un puñado de agua, así, pues, cuando el hombre se inclina sobre esa débil llama para en los momentos de soledad hacerse la ilusión de que aquello que es ahora una débil y frágil llama pueda convertirse en un inmenso resplandor





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