Alphonse Kauders:
a) odiaba los bosques;
b) le encantaba el fuego.
Esas tendencias se unían felizmente en su notoria obsesión por los incendios forestales, que contemplaba, con gran placer, siempre que tenía ocasión.
Alphonse Kauders dejó embarazada a Eva Braun, que, a su debido tiempo, dio a luz a un niño. Pero después de que Adolf Hitler se puso a establecer un nuevo orden y una nueva disciplina y a seducir a Eva Braun, ella obnubilada por la virilidad del Führer, envió al niño a un campo de concentración, obligándose a creer a sí misma que era solo para el verano.
Alphonse Kauders se puso detrás de Gavrilo Princip y murmuró -mientras a Gavrilo le fluía la orina por la pierna, mientras la mano sudorosa de Gavrilo, que empuñaba un pesado revólver, le temblaba en el bolsillo-, Alphonse Kauders murmuró: "Dispara, hermano, ¿qué clase de serbio eres?"
Hay pruebas de que Alphonse Kauders pasó varios años en un correccional para delincuentes juveniles, después de haber prendido fuego a siete bosques en una sola semana.
Alphonse Kauders dijo: "Odio a la gente casi tanto como a los caballos, porque siempre hay mucha andando por ahí, y porque mata a las abejas, y porque se tira pedos y huele mal, y porque siempre está tramando algo, y lo peor es cuando le da por hacer esas molestas revoluciones."
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