ciertos personajes

rubén darío


usted me preguntaba cómo verificar 
si está vivo o muerto rubén darío
meter un dedo en su tumba
sentirlo frío no cuenta si usted palpa
sus huesos rendidos
¿muy esquemático?
pero si no me equivoco
su pregunta tenía un sentido artístico
en cuanto a su poesía escuche usted
cómo respira todavía
cómo recrea su vasto lenguaje
y perfecciona y ahonda las notas de su laúd
claro que ya no bebe su vino al anochecer
con excepción de ese hábito
ninguna verdad rubendariana interrumpió la muerte






bécquer


quién paga por este lindo cadáver español del siglo 19
que acaban de abandonar los bacilos
no por cierto los príncipes y consejeros los que inventaron
que solo el martirio pone el huevo de la belleza
extranjero o viudo de la vida te conceden
el reino de los singular para ensayar a fondo
tu estilo de apestado
la destilación de tu neurosis de condenado
macha de sangre el trapo que envuelve los originales de las rimas
y los golpes de tos que desubican
en el desintegrado mundo de sevilla
fuera de aquí entonces
no hay sitio para ti en nuestro almuerzo
cuando basta un leve soplo de viento
para empujarte al fondo del sepulcro
muere pues con esa convicción
y la seguridad de que tu poesía
es asunto de larga duración en esta tierra








almafuerte


muy buenos días abuelo yo le agradezco
las buenas intenciones de su poesía y el ruido
que hizo su lenguaje en aquel tiempo
usted tomó a su cargo una especie
de terrorismo olió la ropa sucia
en aposentos respetables
y escupió al cielo y a la sopa del progreso
algunos discuten todavía si su arte
estuvo a la altura de su denuncia de prócer amargo
y si su saliva molestó lo bastante
como para que le quitaran el saludo
de todos modos le agradezco mucho
la incomodidad de haber estado vivo alguna vez
pero más le agradezco el entusiasmo
que puso en estar incómodo
está visto que no quisieron 
enterrarlo junto a su poesía quizás
esperaron demasiado de usted así que
su osamenta gruñó por no estar de acuerdo y lo despidieron
en medio de terribles salvas de retórica
que finalmente dejaron las cosas como estaban