11/10/2011

des va ríos






restaurantes


las telarañas del tiempo atrapan

sueños de mi pasado

y hacen un pasado así en

el falso restaurante chino

de méxico d.f. recibo

golpes de lo que fue sus agujeros

llenos de predicciones

que me galopan el final. allí

hay rostros ilegibles

se pone gris lo atrás dejado

y el alma poco a poco

se mira en un puñado de

aire delgado y soledad

astros que caen en la mesa

y no se pueden comer

el vino espía

tormentos del adiós y junio

es una calle larga larga

es una calle larga con

preguntas que se ponen a ladrar







azar


la consistencia del azar

vuelve a su historia en

tiempo escondido que abre

naves mares oleajes

del suave amor

¿dónde reparan a este mundo?
¿o no basta la pena

de pobrezas que endurecen las horas?

quien se lee a sí mismo encuentra

faltas de ortografia faltas

de transparencia faltas

de las que nació el tiempo

sin vos donde

la falta era uno







despedidas


de fuego como un carbón despierto

la ciudad nueva cada noche

pierde las llaves de su casa abriga

fuerzas mezcladas

la realidad es un tiempo que

se imagina a sí mismo seguro

de atrás el mundo vámonos

a lo que aviva a sus criaturas tratos

de la memoria con su olvido

las compraventas del dolor

la orfandad del querer

le cambia el nombre al alma

ahora se llama sin

luna ni hálito parado en

la inmensidad de los pañuelos

y dice adiós






recámaras


la noche después de llover

trae miedos tranquilos la fiebre

que entierra lo que hay que abrir cada día

el abandono tiene una

mujer que pide trabajo

con el cuello caído no hay fiesta

ni rencor ni cama

donde ella hoy pueda dormir bajo

el esplendor del universo o

un salto verdadero de tigre

ella es una resignación

su voz carga un secreto

que nadie oye y solo las

repeticiones del siglo conocen

el final es igual al comienzo

con delirios de energía perdida

en vieja claridad






vengan


william blake hölderlin celan rené

char ¿a dónde

se han ido compañeros? todo

lo paga amor la dicha y la

desdicha de la palabra sus

favores que desquietan

y giran en la tarde más triste

qué duro es el cielo nuevo

de una verdad que te mira a la cara

una piedra que el tiempo arroja un río

que no se oyó un monte

que no se vio con ella arriba

no hay que ayudar al corazón desnudo

que coma solo el pan de no saberse

que beba

su vino hecho de lágrimas

que se abra

al viento sideral





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