hoy soy un miembro del club de los corazones solitarios.
en la clínica espero, aburrido, el desayuno.
mientras mi compañero de mesa mira el muro recién blanqueado
y comenta, riendo, una película de gangsters.
nunca te envié ni siquiera una postal, y no sé por qué me acuerdo de ti.
debes estarle dando desayuno a tus hijos
¿cuántos son? ¿se parece alguno a mí?
debes haberte casado con un profesor primario o un jefe de correos.
vas a la huerta y hablas con tu madre
sobre tu padre y sus amigos muertos
que hoy deben estar en el cielo jugando brisca rematada,
tras dejar como herencia casas a medio morir saltando.
yo, antes de ir al liceo, te hablaría bien del peor alumno del curso
y el partido de fútbol que ayer ganó el "águilas del barrio norte".
yo no sabía que iba a viajar bajo tantos cielos agonizantes,
y que en ningún país hallaría alguien que compartiera el silencio.
yo no sabía que iba a cumplir cincuenta años sin nadie
y por eso te veo mientras espero el desayuno;
sonreías en el puente cuando te decía que no moriríamos en nápoles
y que en el sena te obligaría a subir a un bateau-mouche.
tú vuelves a hacer hablar a la cocina a leña
y tus días pasan como si no pasaran:
son un tropel de bueyes que tu hermano lleva a la feria
y yo sigo escribiendo versos tontos que debería echar al fuego.
hoy soy un miembro del club de los corazones solitarios.
BOTELLA AL MAR
y tú quieres oír, tú quieres entender. Y yo
te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
lo que escribo no es para ti, ni para mí, ni
para los iniciados. es para la niña que nadie
saca a bailar, es para los hermanos que
afrontan la borrachera y a quienes desdeñan
los que se creen santos, profetas o poderosos.
NOTAS SOBRE EL ÚLTIMO VIAJE DEL AUTOR A SU PUEBLO NATAL
1
a los mapuches les gustan las canciones mexicanas del wurlitzer de la única fuente de soda.
las escuchan sentados en la cuneta de la calle principal.
van a la vendimia en argentina y vuelven con terno azul y transistores.
ha llegado la t.v.
los niños ya no juegan en las calles.
sin hacer ruido se sientan en el living para ver a batman o películas del far west.
mis amigos están horas y horas frente a la pantalla.
tengo ganas de que lleguen los ovnis.
2
me custa creer en la magia de los versos.
leo novelas policiales,
revistas deportivas, cuentos de terror.
sólo soy un empleado público como consta en mi carnet de identidad.
sólo tengo deudas y despertares de resaca
donde hace daño hasta el ruido del alka seltzer al caer al vaso de agua.
en la casa de la ciudad no he pagado la luz ni el agua.
sigo refugiado en los mesones,
mirando los letreros que dicen "no se fía".
mi futuro es una cuenta por pagar.
LOS AÑOS 40
estoy en el tiempo de las serieales,
del agua de las carmelitas y la gomina vanka,
de la revista estadio y la revista ecran,
de los cuatro huasos y los lecuona cuban boys,
ingrid bergmann enciende una luz que agoniza,
el "sapo" detiene los ataques argentinos.
estoy enamorado de la hija del boticario.
ella tiene siete años y no me invita a su fiesta.
nunca más volveré a tener
los veinte tomos de "el tesoro de la juventud"
quemados en el incendio que arrasó traiguén.
como mi padre creo no creer en dios
pero como mi madre respiro las lilas del mes de maría
y voy a la novena de san sebastián.
en los almacenes aún se da la llapa
y los mostradores duermen bajo un gato y una romana.
mi tío jorge sueña con ir a expulsar a los boches de parís.
no me gustan la gimnasia ni las matemáticas.
prefiero huck finn a tom sawyer.
hoy no temo a boris karloff ni a bela lugosi
y saludo al que hubiera querido ser
mitómano como walter mitty y con un impermeable a lo bogart.
NADIA
nadia teme a los gatos y vive frente a una iglesia.
nadia resuelve puzzles y va a mirar los trenes.
nadia lleva el nombre de una muchacha muerta
el año que filmaron "grandes ilusiones".
nadia es silenciosa como un cuaderno de croquis.
nadia creció en el pueblo como el árbol más simple
y con ella me entiendo sin decir palabra
porque los árboles se entienden tocando sus raíces.
nadia no tiene edad porque ella es la nube
que siempre va a volver a mirarse en el río.
nadia vivirá en mí sin que yo me dé cuenta
como un guijarro blanco brilla al fondo de un pozo.
CARTA A MARIANA
¿qué película te gustaría ver?
¿qué canción te gustaría oír?
esta noche no tengo a nadie
a quien hacerle estas preguntas.
me escribes desde una ciudad que odias
a las nueve y media de la noche.
cierto, yo estaba bebiendo,
mientras tú oías bach y pensabas volar.
no creí que iba a recordarte
ni creí que te acordarías de mí.
¿por qué me escribiste esa carta?
ya no podré ir solo al cine.
es cierto que haremos el amor
y lo haremos como me gusta a mí:
todo un día de persianas cerradas
hasta que tu cuerpo reemplace al sol.
acuérdate que mi signo es cáncer,
pequeña acuario, sauce llorón.
leeremos libros de astrología
para inventar nuevas supersticiones.
me escribes que tendremos una casa
aunque yo he perdido tantas casas.
aunque tú piensas tanto en volar
y yo con los amigos tomo demasiado.
pero tú no vuelves de la ciudad que odias
y estás con quien sabe qué malas compañías,
mientras aquí hay tan pocas personas
a quien hacerles estas simples preguntas:
"¿qué canción te gustaría oír,
qué película te gustaría ver?
¿y con quién te gustaría que soñáramos
después de las nueve y media de la noche?"
PAISAJE DE CLÍNICA
ha llegado el tiempo
en que los poetas residentes
escriban acrósticos
a las hermanas de los maníaco-depresivos
y a las telefonistas.
los alcohólicos en receso
miran el primer volantín
elevado por el joven psicópata.
sólo un loco rematado
descendiente de alemanes
tiene permiso para ir a comprar "el mercurio".
tratemos de descifrar
los mensajes clandestinos
que una bandada de tordos
viene a transmitir a los almendros
que traspasan los alambres de púa.
william gray, marino escocés,
pasado su quinto delirium
nos dice que fue peor el que sufrió en el golfo pérsico
y recita a robert burns
mientras el "clanmore", su barco, ya está en tocopilla.
ha llegado el tiempo
en que de nuevo se obedece a las campanas
y es bueno comprar coca-cola
a los hermanos hospitalarios.
el pintor no cree
en los tréboles de cuatro hojas
y planea su próximo suicidio
herborizando entre yuyos donde espera hallar cannabis
para enviarla como tarjeta de pascua
a los parientes que lo encerraron.
los caballos aran preparando el barbecho.
en labor-terapia
los mongólicos comen envases de clorpromazina.
saludo a los amigos muertos de cirrosis
que me alargan la punta florida de las yemas
de la avenida de los ciruelos.
la virgen del carmen
con su sonrisa de yeso azul
contempla a su ahijado
que con los nudillos rotos
dormita al sol atiborrado de valium 10
(en el reino de los cielos
todos los médicos serán dados de baja).
aquí por fin puedes tener
un calendario con todos los días
marcados de rojo
o de blanco.
es la hora de dormir -oh abandonado-
que junto al inevitable crucifijo de la cabecera
valen por nosotros
nuestra señora la apormorfina
nuestro señor el antabus
el mogadón, el pentotal, el electroshock.
jorge teillier
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