Contigón
En el prostíbulo de niños
no reinaba, no, (no!)
sinceridad en los corazones
ni mucho ni tampoco pizca de cariño
-pese
a la organización tan encomiable.
La verdad no se decía,
nunca, no, nadie: ni aun
el ocasional sometido a patógenas
dosis masivas
de la pija, la legría de la vida.
Y así era aburrido.
En medio de la
penetración o de la dulce
feroz fellatio (salvo
el golpe loco de la pelvis
inmensamente percibida
por la boquita - pupila)
No soy inválido.
Digamos, aquejado.
Ha quejado
En esta cama ya no queda espacio.
Se fue llenando de libros,
papeles manuscritos
dibujos
fotografías
Digamos: no queda espacio para otro
No queda (espacio)
para otro
Si ahora no deja la cama es porque
tiene cigarrillos cerca
Alberto Spunberg
Una pérdida de tiempo es el cielo;
el Infierno tambièn.
Cosas del abuelo
comisario, y del retén
y de ta
ten
contén.
Simulas la locura, ese déjà-vu
Osvaldo Lamborghini
Poemas 1969-1985
Sudamericana
No hay comentarios:
Publicar un comentario