7/25/2016

Martín Gambarotta. Seudo (V)





















El que vive entre 
plantas de alcohol y pan quemado.
El que empezó la noche con ideas y terminó
cantando la Marcha de los Voluntarios.
El que come de la olla. 






Para los bancarios - los banqueros no-
es una sensación
para los editores
es un talento sin fecha de vencimiento 
en las fondas donde
charlan y comen los soldadores
es un inútil.






Todo lo que ensuciás
lo vas a limpiar y todo
lo que vuelques o tires
en el piso, esto no es
el paraíso, te aviso.





El primer día regó las plantas; el segundo cazó
ranas. Al tercer día se sacó la barba, le puso
un nombre mexicano a sus genitales. En-
tre los detalles de la tarde: marcó sin querer
el teléfono de un amigo muerto. El
futurismo de un hombre nacido en 1969.
Lo que queda en sus pulmones lo puede 
vaciar en un globo y escucha una música
que - 75 años después- pusieron a la venta.






Dónde conseguir a esta hora una pava
de tamaño razonable para reemplazar
a este artefacto de acero inoxidable
que tenemos en casa y también llamamos pava.






Tener dos nombres y o saber cuál va antes
que el otro. Haber llamado leche negra al
mar. Cuando se despierta de golpe hay
veces que por un momento no sabe quién 
es, dónde está, qué idioma habla, a qué
clase pertenece y se interroga a sí mismo
acerca de eso en rápida sucesión aferrado
al borde de la cama. Hasta que la cabeza
reagrupa las partes y le contesta: sos Arnaut,
estás en Buenos Aires, no hablás idioma
alguno, no encuentro definición para los
de tu clase.





Martín Gambarotta.
Seudo.
Liliputienses.




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