1/28/2016
Fernando de Herrera
Canso la vida en esperar un día
de fingido placer; huyen los años,
y nacen dellos mil sabrosos daños
que esfuerzan el error de mi porfía.
Los pasos por do voy a mi alegría
tan desusados son y tan extraños,
que al fin van a acabarse en mis engaños,
y dellos vuelvo a comenzar la vía.
Descubro en el principio otra esperanza,
si no mayor, igual a la pasada,
y en el mesmo deseo persevero.
Mas luego torno a la común mudanza
de la suerte en mi daño conjurada,
y esperando contino desespero.
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