5/12/2014

Poesía abierta (4)










QUIZÁ NO ERA UNA CASA

Quizá no era una casa
esta casa
en la que las cosas lloran
ahora se aclaró todo
esto era una vulgar sala de espera
la sala de espera de una estación del ferrocarril
que todos abandonan
a la hora señalada
quedan allí los aparatos
los cubiertos
y otras cosas sin importancia
que pueden usar otras personas






DÉJENOS

Olvídense de nosotros
de nuestra generación
vivan como las personas
olvídenos

nosotros envidábamos
a las plantas y piedras
envidiábamos al os perros

quisiera ser una rata
le dije a ella en esa ocasión

quisiera no ser
quisiera quedarme dormida
y despertarme después de la guerra
decía ella con los ojos cerrados

olvídense de nosotros
no pregunten por nuestra juventud
déjenos 





CARTA A LOS ANTROPÓFAGOS

Queridos antropófagos
no miren como un lobo
al hombre
que pregunta por un sitio vacío
en el compartimiento de un tren

comprendan
otras personas también tienen
dos piernas y un trasero

Queridos antropófagos
esperen un momento
no pateen a los más débiles
no hagan rechinar los dientes

comprenda
hay mucha gente
habrá incluso más dejen algo de sitio
cedan

Queridos antropófagos
no compren todas
las velas lazo macarrones
No hablen de espaldas:
yo a mí mío míos
mi estómago mi cabello
mi callo mi pantalón
mi mujer mis hijos
mi opinión

Queridos antropófagos
no nos comamos Vale
porque no resucitaremos
De verdad






ESTÚPIDA BROMA

Recuerdas ese viejo chiste
ese chiste

"tengo en casa un nuevo mueble"

aquí pondremos la cama
allí estará la mesa
aquí el espejo
allí un armario
cuelga las cortinas en las ventanas
éste será mi rincón

devuélveme la cama
llévate la mesa
tú devuélveme la juventud

dame la silla
llévate la luz
cógelo todo

recuerdas ese estúpido chiste
"tengo en casa un nuevo mueble una esposa"






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