cuando ella entró de improviso
pareció que la puerta no volvería a cerrarse
ni siquiera ella la cerró ella ella
la habitación quedó abierta a un mar visitante
al que no podía detener puerta alguna
mas cuando al fin sonrió ladeando la cara
para despedirse de mí
donde había sonreído en su lugar
había una puerta oscura que sin cesar se cerraba
y se retiraron las olas
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