2/23/2012

alguna vez creí en el fin del mundo





morir en parís

morir en parís
en pleno agosto
por un golpe de calor
africano
puede ser una imbecilidad más
en una sala de cine x
o en medio de una lapdance
o con el látigo en la mano
leyendo a anaïs nin
y menado a esta mujercita
que atraviesa medio mundo
solo para que yo le mee la cara
con mi orina caliente y salada
esta mujercita que se hace pasar
por niña tonta
y juega 
a las máscaras venecianas
cada día con un disfraz diferente
provoca a los negros y a los marroquíes
en el boulevard de clichy
le gusta ver cómo se masturban bajo los árboles
mirando sus piernas abiertas
sale sin ropa interior
a medianoche
vestida de negro con faldas cortas
"comienza el show de la vampira" me dice
regresa con la ropa manchada de semen
turbada y nerviosa
bebe un whisky doble,
en silencio
escucha a joan baez farewell angelina
morir en parís
en una celda
borracho como un perro
con el cerebro soltando espuma
en la niebla el policía me dice:
detenido por desobediencia civil
no sé qué hacer
en medio de tanta espuma
en realidad fue exhibicionismo
le dije a emmanuelle en la cigale

est-ce que tu aimes voir mon anacanda?
ella abrió  los ojos
sorprendida
pero miró a mi entrepierna
bajé el ziper y me la saqué
musculosa y gorda
delante de todos
mi anaconda tan hermosa y útil
siempre hambrienta
me acusan de desobediencia civil
no entiendo
en mi país 
es exhibicionismo
y creo que es solo una multa
sin cárcel no estoy seguro
como las leyes cambian tanto




el fantasma

alguna vez creí en el fin del mundo
ya no
tampoco en el inicio
quizás solo creo en un lugar
borrascoso
donde el mar y el viento
arrojan salitre y espuma
sobre mi cara
cuando me aburro
doy la espalda y cierro los ojos
trato de olvidar y sonreír
escucho esos boleros desesperados
el fuego está encendido
dice ella
el cinismo tiene un precio
digo yo
y regreso siempre
hasta el final
la vida no es tan larga
como parece





en la tienda de osayinka mbué

en lavapiés
todavía quedan 
gays empobrecidos
más bien son maricones churriosos
los gays son los modernos
que se mudan a chueca tienen dinero
y viven con estilo
también hay latinos gordos y  borrachos
viejos idos del mundo y gente más tenebrosa
camellos cargados de hashis y polvo
quedan lesbianas andróginas
y duras
muy masculinas
con sus novias ojerosas y femeninas
me excitan esas lesbianas
vestidas de hombre castigador
con aire de verdugos
las muy cabronas
sacan dinero del cajero
al atardecer
mientras abren las piernas
y se acomodan los cojones
con su chica ojerosa y lánguida
hipnotizada
por este camionero brutal
cojonudo castigador
que ahora tienen de novio
me quedo excitado
con el caos cerebral de esas lesbianas
pero esa fauna se reduce
ganan dinero emigran a zonas de lujo
cada día esto parece más
una aldea africana
me gusta asomar el hocico
olfateo como un perro
y sigo mi camino
ahí está la tienda
llena de ropa africana
collares baratijas figurillas de madera
unos negros altos y viejos
sentados en el umbral
me miran con desconfianza
y preguntan
¿qué usted quiere?
mirar
pase dicen entredientes
me da igual lo que piensan
entro
miro sin prisa
pregunto por el precio de una camiseta extraña
cincuenta euros dice el encargado
sin pestañar
es un negro gordo
se queda despreciativo
mirando mi reacción
pienso que está loco
no capto el mensaje
agarro un jean extravagante y roto
pregunto si tiene mi talla
con más desprecio
no hay más pero no pasa nada
entiendo
bien gracias hasta luego
no me miran cuando salgo a la calle
me veo de refilón en el vidrio y sí
mantengo ese jodío aspecto de policía hijoputa
camino despacio y tomo agua
agosto es brutal en este pueblo
no hay dónde meterse 
y uno divaga
incoherente creo





1 comentario:

Almudena Vega dijo...

perfecto, temía un poema tan largo a esta hora tan larga, pero lo he leído estoicamente. bravo!