12/16/2011

the great watcher





Tejía un tapiz que contenía el laberinto de esta ciudad y del palacio, y le encargué a un ragazzo de pies ligeros que se extraviara allí, hasta encontrarte. Me di cuenta de que el tapiz me traería otro amante. No importa, siempre ocurre así: lo verdadero empieza o termina ausentándose. Te esperaré en una sala redonda, constelada de pájaros, en el umbral de esa puerta llena de noche y mundo, que da a lo inalterable. Como si dedicara un poema a una niña, se lo diera inconcluso para que lo urda cuando el sufrimiento deje de parecerle un mundo más real, espacioso. Yo haré más largo el camino a lo indecible. Yo seré el acto de tejer. Vos, el leopardo de cuernos múltiples que ha aparecido ahora en el brocado verde y observa todo como un heraldo, misteriosamente.





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