En la pantalla aparece este texto: "La violencia es la única verdad del capital, su único instrumento, su único recurso" (PEREC)

OCTÁLOGO DEL PERFECTO ESCRITOR CLANDESTINO

- No figurará en sus libros ningún dato biográfico referente a su persona. Puede considerarse dentro de este primer mandamiento la invención o la modificación, total o parcial, de los datos relativos a cuentas corrientes bancarias, estado de las piezas dentales o medición de las transaminasas.

- Existirá tan sólo una fotografía autorizada del escritor. Dicha fotografía habrá de ser en blanco y negro, de cuerpo entero y desenfocada.

- Solamente aceptará ser entrevistado por periodistas menores de diecinueve años, siempre que trabajen para un medio de comunicación impreso. Rechazará enérgicamente la presencia de un fotógrafo. Las preguntas, desde luego, habrán de ser enviadas al entrevistado con una semana de antelación.

- Su tema de conversación, así como sus intervenciones públicas, conferencias y entrevistas, versarán simpre sobre literatura extranjera, a ser posible no contemporánea.

- Bajo ningún concepto ni presión económica dará una conferencia que trate de su propia obra. Podrá, no obstante, hablar de libros inventados de escritores ficticios.

- Atacará a los críticos literarios, ya estén a favor o en contra, con todos los medios a su alcance, legales o ilegales, y con la mayor virulencia de que sea capaz.

- Rechazará todos los premios honoríficos que le concedan. En lo tocante a los premios crematísticos, se aplicará la ley de la libertad de conciencia, y, por tanto, aceptará los cheques sin dar las gracias.

- No mantendrá relaciones con escritores jóvenes y prohibirá expresamente la aparición de estudios, tesinas o tesis doctorales sobre su obra.

...

DESAYUNO INVISIBLE

- Su croissant, señor -dijo el camarero.

- ¿Dónde? -dijo el cliente.

- Aquí.

- El plato está vacío.

- ¿De qué plato habla?

...

NOTAS PARA UN POEMA SOBRE MOSCÚ (1988)

Los coches: de otro tiempo, varados, y envueltos en capas de barro seco y barro húmedo. Nada se ve en su interior. Son coches fantasmas.

Adolfo García Ortega, contra la república perfecta. Abada, 2007.