2/04/2011

un zumbido de gaseados

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ALEGATO

buena nueva para los liridas de chile: me echaron,
me amarraron y me echaron
en una especie de camisa con un número
colorado en la tapa: -rojas,
ahí va rojas el gonzalo por hocicón
y por crestón fuera de eso por ocioso, por
desafinado.

en cuanto a mí ya no estoy
para nadie. por eso me echaron.
porque no estoy para nadie me echaron.
de la república asesinada y de la otra me echaron.
de las antologías me echaron.
de las décadas salobres me echaron. de lo que no pudieron
es del aire.





MITO DEL VILLORRIO



había una vez un berlín en los tiempos de vercingetórix, después
apareció el otro
con puertas de hierro y barro, encima
dormían las palomas entre agujas
y arcos, todo eso
duró un milenio de vidrio, cruza de dragón
y de neón, ocio y cilindro
medieval,
consérvase
algo de ese heno en las autopistas.





CARMEN CARMINIS



-favor, dónde se fabrican por aquí versos con
hélade y lujuria
para que vibren transparentes?
-dos
casas más allá pasado ese hueco
donde se ve ese otro hueco de aire con
dalias originales de entonces, ahí
justo a la izquierda doblando
detrás del puente
del que no queda vestigio, ahí mismo a un metro
hay una carpintería etrusca: de ahí
-arterias y mármol, alta, los pies
desnudos- salió la muchacha hace tres mil,
que no ha muerto.

eso me lo dijo personalmente a mí catulo en sirmione el 85, garda sul lago.






PACTO CON TEILLIER



1. lo que pasa con el gran lárico es que nació muerto de sed
y no la ha saciado,
ni aun muriéndose la ha saciado, ni aun yéndose
barranco abajo en valparaíso este lunes, ni aun así
la ha saciado
dipso y mágico hasta el fin entre los últimos
alerces que nos van quedando, -¡yo
también soy alerce y sé lo que digo!-: lo que nos pasa con este jorge
teillier es que ha muerto.



2. y yo aquí sin nadie, vagamundo sin él, en el carrusel
de la puerta del sol, vacío
entre el gentío, errando
por error, andando-llorando
como habrá que llorar hombremente en seco -la pena
araucana al fondo- a un metro
del mentidero de madrid bajando
por la calle del arenal a la siga de quevedo
que algo supo de la peripecia
del perdedor, y algo y algo
de las medulas que han gloriosamente ardido.

3. ay, polvo enamorado, ya este loco habrá
entrado en la eternidad de su alcohol
que era como su niñez, ya habrá bebido
otra vez sangre de cordero bajo la lluvia
a cántaros de lautaro que fue su reino de rey
por parición y aparición, ya lihn
le habrá llenado la copa, ya esenín
le habrá abierto la puerta alta al gran despiadado
de sí mismo. aquí le dejo
mi pacto que no firmamos a tiempo, la danza
de isadora le dejo, el beso,
la risa fresca de mafalda que no está, la
figura
de lo instantáneo de la que
pende el mundo.




DESDE ABAJO



entonces nos colgaron de los pies, nos sacaron
la sangre por los ojos,
con un cuchillo
nos fueron marcando en el lomo, yo soy el número
25.033,
nos pidieron
dulcemente,
casi al oído,
que gritáramos
viva no sé quien.
lo demás
sonn estas piedras que nos tapan, el viento.
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